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Navidad.

Cuantas veces.

San Silvestre.

Serenata.

Flamenco.

P’arriba y p’abajo.








Navidad.
Para ti que siempre tuviste el comentario acertado sobre la Navidad: “Es un premio ganado, es lo único que al final del año nos dará esa felicidad acumulada, es lo único que cada año estamos esperando”. Que siempre al final del día colocaba el nacimiento y nos regalaba algún entremés al terminar de poner el árbol, para ti que la Navidad se fue transformando hasta convertirse en un sueño. Un beso.
Y para ti, que siempre demostraste emociones en silencio, con tus gestos, siempre callada pero emocionada por la Navidad, la que siempre me ayudó a poner las esferas, la que en cada regalo abierto, alzaba los brazos y sonreía demostrando alegría, la que siempre escribió sus cartas a escondidas. Un beso.
Y por último para ti, que con sorpresa abriste un regalo que nunca pediste, y la emoción de la Navidad convertida en incertidumbre, el que se tomó una copa de sidra y pudo hacer el 4, el que siempre escribió sus cartas con todos presentes sin importar quien las leyera, y que siempre me ayudó a desenredar las series de foquitos para el árbol. Un beso.
Feliz Navidad, Papá.
Ella: Y para ti que siempre estas contento te extrañamos y no es lo mismo estos días sin ti...feliz Navidad !!


Cuántas veces.
Hoy escuché un discurso que mi papá expresó como si fuera la primera vez que lo dice y lo escuché con atención. Cuántos escuchamos un chiste, un comentario, un esto, o un aquello de nuestros padres y decimos ¿otra vez? ¡No puede ser!
Bien, pues yo estoy aquí para hablar del tema.
Escucha cada chiste o comentario que tu mamá repite como si fuera la primera vez que lo cuenta y ríe. ¿Qué te cuesta?
Cada momento que se repite en tu vida frente a ellos mil veces y que te parece repetitivo, disfrútalo ¿Qué te cuesta?
Aún con cincuenta años de edad que tengo, he escuchado a mi papá o mamá diciéndome: -Con cuidado, ponte el cinturón, no fumes, maneja siempre a la derecha, ¿te falta algo?, mañana vente a comer, ten para la gasolina, mantente a diez metros del carro que va adelante, llega antes de las nueve, ¿traes llaves? etc. Y tú qué piensas, ¿otra vez con sus discursos?
Sólo recuerda que dentro de algunos años estaremos en las mismas circunstancias que ellos lo están ahora y que tus hijos dirán exactamente lo que tú dices o piensas.
Vamos hombre, qué te cuesta reír por el chiste contado muchas veces o escuchar el comentario contado mil veces y decir ¿No me digas?
Algún día no estarán y recordarás cada relato, cada historia o comentario que hicieron y dirás por qué no los visité, por qué no estuve ahí en el momento adecuado o por qué no reí con el chiste que contó tantas veces. Así que visítalos de vez en cuando porque no sabes si sea la última vez que los verás.
Como te ves me vi, y como me ves te verás.


San Silvestre.
San Silvestre es una carrera pequeña que se hace el último día del año, esta vez en Morelia. Es una carrera media nocturna ya que comienza a las 6:30 pm y como es invierno el sol desaparece más temprano.
Nuestro corredor estrella viajó 1200 km solo para correr 4. Así que dos días antes del evento se inscribió, le dieron el número doble cero osea el que se forma hasta adelante incluso del número uno (0001) así lo decidió. Con el nerviosismo a flor de piel hace concentración un día antes. Duerme bien y come pasta para estar listo para la carrera. Ah, pero no es un corredor cualquiera ¡no!… es un corredor de alto rendimiento que ha corrido cincuenta y tantos maratones desde Nueva York hasta Tinguindín sin importar el premio. El único evento que no ha corrido es San Silvestre y menos en su ciudad natal, Morelia. Siempre fue su sueño.
La carrera comenzaría a las 6:30 pm en punto así que desde las diez de la mañana comienza con su rutina y protocolo para cumplir con todos los requerimientos físicos.
A las 4:30 pm se da una vuelta de 15 minutos para ver el recorrido y analizar la estrategia que seguirá, además presume que lo hará en 14:52. Se lo creemos porque es un experto en el tema.
A las 5:12 pm después de analizar todo lo que tiene que analizar llega a casa y avisa a toda la familia: ¡Estoy listo para correr! Así que por favor me cambio en dos minutos y nos vamos. No había terminado de decir “nos vamos” cuando se aparece en la puerta de la cocina con unos tenis de última generación tan ligeros que parece que trae guantes en los pies, un short Adidas Sc Knit; un camiseta, Nike Ligent Dri-Fit Ploy; guantes, Manoplas de Running Convertibles Nike, y no se diga del reloj, ya que es un Garmin Forerunner 10 con GPS p’a no perderse y además con un montón de botones que va apretando durante la carrera como si trajera un acordeón.
Mientras tanto una de las tías calienta en el microondas una Coca-Cola de 250 ml porque está muy fría algo nunca visto; la esposa, ajustando unos pantalones con aguja e hilo para su hijo porque los compró talla 40; el tío comiéndose unos nachos; mientras él se pasea como león enjaulado y dice entre dientes: -no vamos a llegar, ya que tan solo faltan 25 minutos para las 6 pm. El hermano le comenta: -no te angusties, la carrera es hasta las 6:30 tenemos 55 minutos. Así que todos siguen en la cocina como si no existiera “el corredor”.
Los sobrinos siguen jugando con el ipod, la abuela va por unos abrigos para la hija y sobrina, el abuelo dice que va al baño etc… ¡Ah! porque todos estos personajes son la porra del inmortal corredor de maratón. El atleta al darse cuenta de que no llegará al calentamiento empieza a dar vueltas alrededor de la mesa y hace estiramiento; todos los demás lo miran con extrañeza mientras siguen en la plática y comiendo sus tortas de bacalao que sobró de la Noche Buena.
Por fin después de 20 minutos de angustia nuestro atleta grita: ¡EITALE, YA ESTUVO BUENO… NOS VAMOS O QUÉ! Y con el grito se asustaron todos y pegaron el brinco. En un santiamén ya estaban todos en la camioneta para llevar al atleta a la salida.
Después de dejar al corredor en la salida se van a un lugar estratégico para aplaudir cuando él pase. Se ponen de acuerdo y se forman de chico a grande para que la “ola” salga como la planearon. La sirena de la patrulla que va adelante del contingente hace su aparición y detrás de ella los corredores, es una gran emoción.
Uno de los sobrinos comienza a contar cuantos pasan por delante del tío, fueron 32, y por fin aparece en la penumbra un corredor a lo que todos le aplauden, chiflan y alientan para que siga en su recorrido, se dan cuenta que ¡no era su corredor estrella! pero no aminoran los gritos, al contrario les aplauden a todos sin importar si es su corredor o no. ¡Ahí viene, ahí viene! grita la esposa al ver la silueta de su esposo en medio de la oscuridad, porque lo conoce como si fuera la palma de su mano. “Y jue entonces cuando se golvieron locos…” Aplaudían y gritaban tanto que las sirenas de las patrullas quedaron nulas.
Por fin después de que terminó la carrera, todos esperan con ansia al corredor para saber su tiempo y si estableció una nueva marca o no, ya que eran tan solo 14:52 lo que había que lograr. Después de 23 minutos de espera, aparece en la penumbra el corredor moviéndose en cámara lenta hacia donde estaban todos, y como no, si corrió 4 km. Al llegar, le preguntan con ansia y todavía con la emoción. ¿Cuánto tiempo hiciste?, ¿rompiste tu record?, ¿hiciste los 14:52?, dinos, dinos por favor. ¿Lo lograste?
A lo que el corredor, aún jadeando, responde:
-Jaja no me lo van a creer: -Con tanta emoción de correr en Morelia se me olvidó apretar el botón de inicio del cronómetro.
-¡¿QUÉÉÉÉ?!


Serenata.
Hoy les platicaré de algo muy común para nosotros los mexicanos, las famosas serenatas… y aquí viene la historia:

La noche de un sábado transcurre igual que siempre para mí, viendo en la televisión mi serie favorita, a lo lejos se alcanza a escuchar que un perro con su ladrido rompe por un momento el silencio. De repente a las 11:44 de la noche se escucha el timbre de mi casa y pienso: -ya es tarde para que alguien me visite. Le pongo silencio a la televisión y espero que toquen una vez más para estar seguro que es en mi casa. Y sí, dos minutos después se escucha el timbre de nuevo; nervioso me pongo un pants, camiseta y pantuflas; pero estoy indeciso en abrir. Otros dos minutos después escucho el teléfono y contesto. Del otro lado de la línea se oye una voz desquebrajada que me dice: -Dunna, somos Luis y Manuel estamos afuera de tu casa ¿podemos entrar? Salgo de inmediato pensando lo peor y abro la puerta, y ahí estaban mis dos amigos.
Con una voz fuerte les grité: -Aquí no van a entrar si no traen cervezas. Pos ni tardos ni perezosos levantaron entre los dos un cartón de cervezas como si fuera el trofeo de la copa del mundo.
-Ora si pásenle.
¿A qué debo su agradable visita? Les pregunté con incertidumbre.
Luis no podía hablar, le temblaban las manos y la voz y lo único que alcancé a escucharle decir fue: –¿puedo pasar a tu baño? Volví a preguntar, ¿qué hacen, por qué vinieron, les pasa algo? Manuel me respondió mientras Luis seguía en el baño.
-Luis se siente un poco mal, trae una decepción amorosa, al parecer terminó con su novia. Y quiere llevarle serenata, así que decidimos venir por ti. Luis seguía en el baño…
Bueno hablaré primero de las serenatas y luego continuo con el relato.
Las serenatas tienen diversas intenciones y cada una debe ser adecuada para el sentimiento del que la llevará. Primero se analiza lo que sucedió entre los involucrados, o sea, él y ella. Luego se revisa la lista de tipos de serenatas. ¡Ah! porque existe una gran diversidad de serenatas, por ejemplo las de despecho: desengaños sufridos; de ardido: porque metió la mano donde no debía; la de traición: porque le ahorcó la mula de seis; las de rompimiento: porque le rompieron el hoci… etc. La lista es larga. Pero también dentro de este ámbito de las serenatas se analiza quién tocará y me refiero a si amerita llevar la serenata con mariachi o con trio, o tal lo vez lo harán con banda o estudiantina, para mi gusto el mariachi siempre es una buena decisión. Otra de las cosas importantes es saber cuáles canciones serán las adecuadas y eso también tiene que ver con el análisis de los datos que los involucrados han mostrado. En estos tiempos es muy fácil porque existe una base de datos en www.serenatasalacarta.com en donde simplemente hay que alimentar un formulario y listo.
Regreso con el relato.
Después de media hora Luis sale del baño y da su versión de los hechos todavía con la voz temblorosa; alimento la computadora con toda clase de datos y sólo hay que esperar la respuesta que dura siete segundos en aparecer, mientras los tres decimos “salud” esperando. Segundos después aparece en la pantalla APROBADA LA SERENATA.
Luis decide que será con un mariachi y que será una serenata romántica.
¡Vámonos pues!
Ya en el camino a la contratación del mariachi empieza la discusión sobre cuáles canciones serán las adecuadas y entre la emoción logramos encontrar solo cuatro canciones “ad hoc”, las demás las decidiremos al momento con ayuda del mariachi.
-¿Cuánto por una serenata mis estimados?
-$1,500 por seis canciones y una de regalo p’a la despedida.
-Hecho, no se diga más.
Y hay vamos rumbo a la casa de ella, a Luis se le notaba demasiado nervioso; dice que quiere vomitar, luego que no que mejor llorar y por último quiere suspender la serenata pero en ese momento lo amarro con una cuerda y le pongo cinta gris en la boca p’a que deje de molestar, no hay vuelta atrás, ¡estamos decididos! dije.
Los mariachis son siete elementos y todos dentro de un solo coche: dos adelante, tres atrás y dos en la cajuela cuidando los instrumentos. Todos llegamos al mismo tiempo, es la 1:23 am, nos bajamos y los mariachis se acomodan en medio círculo frente a la casa, no sin antes pedir cervezas para ir afinando comenta uno de ellos. Nosotros a las orillas del mariachi con una mano en la bolsa y en la otra una cerveza y listos para empezar a cantar.
La casa se encuentra totalmente a oscuras pareciera que no vive nadie ahí, ni siquiera hay luz en la calle. Todo está en silencio, sólo se escucha el murmullo de uno de los mariachis preguntando -con cuál empezamos patrón.
-Serenata huasteca.
“Y jue entonces cuando se golvieron locos toditos los músicos”.
El tiempo parece pasar lentamente ya que no se ve ningún indicio de que alguien esté dentro de la casa, pasan tres canciones y nada, por fin a la mitad de la cuarta canción alguien se asoma por la ventana ¡ufff que descanso! Y 10 segundos después se abre la puerta. Ella sale emocionada y él corre a abrazarla, es tanta la euforia y el amor que el abrazo dura tres canciones más, en la penumbra solo se ven las siluetas. Termina la serenata, los mariachis y nosotros dos nos alejamos un poco de la pareja. Pasan 15 minutos más y ellos siguen abrazados en la oscuridad, pareciera que cupido ha hecho de las suyas.
Manuel le manda un mensaje de texto diciéndole: ¡Órale güey que hay que pagarle a los mariachis! Por fin aparece Luis, paga y regresa a seguirle con el abrazo y besos. Nosotros seguimos esperando en el coche, después de algunos minutos más Luis aparece nuevamente, se sube al coche y comenta:
-Qué creen cabr…es, que con tanta oscuridad nos equivocamos de casa.
¡¿Qué?! Jajajaja mejor vamos por otro cartón.

Moraleja: Siempre carga una lamparita.


Flamenco.
Hoy he visto con emoción uno de los mejores espectáculos de mi vida y además gratis, bueno dos espectáculos. Un concierto con castañuelas y un baile de Flamenco, pero no es nada más un flamenco así nomás como así “normalito” si no que primero ella nos muestra con unas “castañuelas” el mejor de los conciertos tocados por una niña de tan solo 15 años de edad y con un talento envidiable. ¿Concierto con castañuelas? Sí, jamás me lo hubiera imaginado. Ella no sólo interpretó un concierto con castañuelas, si no que además bailó un flamenco increíblemente perfecto. Pareciera que la música y los movimientos se conjuntan y hacen de la suyas para presentarnos algo maravilloso. A pesar de que fue forzada a bailar (mamá gallina) lo hace de forma estupenda y perfecta. Espigada, alta y perfectamente vestida con su falda, zapatos y sombrero, nos deleita y demuestra que el arte escénico es tan importante como cualquier otro tipo de arte. Ha sido algo que he disfrutado como nunca. Gracias Marina.
Concluyo: Cada vez que tengas la oportunidad de apreciar el arte escénico no la desperdicies, el teatro, la música, el baile o cualquier otro; valen tanto la pena como cualquier otro tipo de arte sea pintura, escultura, literatura, etc…


P’arriba y p’abajo.
Un viernes por la mañana con sorpresa me doy cuenta que el gas de mi casa se ha terminado un mes y medio antes de lo esperado, así que llamo a al gasera para que me enviaran el camión surtidor. Tres horas después me surten el gas y la persona que subió a conectar la manguera me dice:
-Patrón su tanque tiene una fuga, suba para que vea donde está. Después de ver en donde está la fuga pienso –yo mismo lo puedo reparar ¿qué chiste tiene?
El sábado a las 9:30 am saco todas mis cajas de herramientas y en la última, encuentro un corta-tubo y un avellanador y pensé: -con esto es suficiente.
Como no tengo escalera me tengo que subir a la azotea por una reja y luego trepar a una barda, caminar tres metros haciendo equilibrio por la misma barda, luego me subo a otra barda camino dos metros y me paso por debajo de un arco de 60 centímetros de alto. Toda una aventura para llegar al dichoso tanque de gas.
Al llegar arriba saco el corta-tubo y el avellanador y me doy cuenta que no traigo la llave para aflojar la campana del extremo del tubo.
Pos hay voy p’abajo, paso por debajo del arco camino dos metros, bajo una barda, camino por la otra barda tres metros haciendo equilibrio, me descuelgo hasta al reja, bajo por ella y llego al piso. Agarro una perica y hay voy p’arriba (leer como subir). Aflojé poquito la campana y se empieza a escuchar como el gas que está dentro del tubo se escapa.
Hay voy p’abajo (leer como bajar), prendo la estufa para que se consuma todo el gas del tubo. Hay voy p’arriba. Intento aflojar más la campana pero al mismo tiempo se mueve la tuerca niple que está pegada al regulador y necesitaba otra llave para detenerla. Hay voy p’abajo, como estaba desesperado agarro todas las llaves españolas y hay voy p’arriba. Al llegar arriba pruebo todas las “españolas” y ninguna le quedó me faltaba exactamente la que necesitaba.
Hay voy p’abajo y agarro una Stilson y hay voy p’arriba.
Por fin aflojo la campana y corto el tubo de cobre, intento sacar la campana del tubo cortado pero no puedo ya que el tubo estaba torcido, ya para esto son las 10:27 am. El sol está insoportable. Me acuerdo que tengo unas campanas, y pos hay voy p’abajo. Me encuentro una campana nueva y hay voy p’arriba.
Ahora parece que todo está bajo control, quiero avellanar el tubo pero pareciera que me falta algo, sí me falta una parte del avellanador. Hay voy p’abajo encuentro la parte que le falta y hay voy p’arriba. El sol sigue calando y hay voy p’abajo por una gorra, hay voy p’arriba. Intento avellanar de nuevo el tubo y se va “chueco” el cono del avellanador rompe el tubo, así que lo vuelvo a cortar y hago dos intentos más y queda perfecto. El problema fue que no metí la campana antes de avellanarlo así que otra vez a cortar el tubo, meter la campana y avellanar.
Estoy listo para enroscar la campana al regulador, me entero de que ¡no subí el teflón! El calor es insoportable y el sol me cala hasta las amalgamas. Ya enojado decido ir por una cerveza a la tienda para que se me quite el coraje. Hay voy p’abajo, regreso de la tienda feliz y contento con mi cerveza y hay voy p’arriba, sí claro, sin el teflón. Hay voy p’abajo, hay voy p’arriba, hay voy p’abajo, hay voy p’arriba así ocho veces más.
¡Por fin! Después de cinco horas de andar “p’arriba y p’abajo” todo queda perfecto y hay voy p’abajo con todas las herramientas.
Al terminar de guardar todo se escucha el timbre, salgo y un señor joven que me dice:
-Buenas tardes señor soy plomero, le dejo una tarjetita por si necesita algo de plomería.
- Si gracias, oiga, disculpe, cuánto me cobraría por reparar una fuga de gas de un tubo que está pegado al tanque.
- Solo 35 pesitos patrón.
- Jijo... de la, otra vez, no te digo Gómez.
Ya es jueves y no tengo gas porque se me olvidó abrir la llave del tanque, pero no pienso ir p’arriba una vez más ¡¡hasta que todo esto se me olvide!!

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